La Creatividad no tiene Edad: Aprendiendo de nuestros Hijos (Todos somos creativos)
He sido testigo de innumerables intentos de mis hijos, desde los primeros pasos aprendiendo a caminar, las luchas por sostener una cuchara, hasta los desafíos para pronunciar la letra "R". Incluso he visto la batalla por aprender algo aparentemente sencillo, como conciliar el sueño. Este proceso, que parece tan cotidiano, me recuerda constantemente que mientras estemos vivos, tenemos la capacidad innata de aprender. Nuestro cerebro, una asombrosa máquina, está diseñado principalmente para dos funciones: aprender y protegernos (al menos eso fue lo que leí en un libro sobre desarrollo cerebral, y si me equivoco, te pido disculpas).
Sin embargo, a medida que pasan los años, acumulamos una serie de declaraciones autolimitantes: "No sé nada de eso", "No se me da bien" o el clásico "No puedo". La realidad es que, aunque algunas personas desarrollen ciertas habilidades con mayor rapidez que otras, nuestras capacidades no tienen límites predefinidos. Mi percepción es que, al crecer, nos volvemos cada vez más impacientes con los procesos de aprendizaje. Queremos resultados inmediatos y olvidamos lo difícil que fue aprender a leer, escribir o incluso sumar números sencillos.
Sin embargo, la diferencia fundamental radica en que nunca renunciamos en nuestra infancia, ya que se daba por sentado que alcanzaríamos esas metas. Ojalá los adultos pudiéramos recuperar esa paciencia y confianza en nuestras propias habilidades. Ojalá tuviéramos la seguridad de que somos capaces de ser creativos, de ejercitar nuestras mentes para pensar de manera innovadora, y de confiar en nuestras habilidades, imaginación y capacidad para crear.
A menudo, nuestros hijos nos brindan lecciones valiosas sobre paciencia y determinación en el proceso de aprendizaje. Cuántas veces han tropezado antes de caminar, o cuánto tiempo les ha llevado aprender a hablar. Nos recuerdan que todos somos capaces de aprender y que la perseverancia es la clave del éxito.
Con el paso de los años, perdemos la paciencia en nuestro proceso de aprendizaje. Queremos resultados inmediatos y dejamos de lado las dificultades que superamos en nuestra niñez.
Recuperar la confianza en nuestras habilidades es esencial para desbloquear la creatividad. Debemos superar las dudas y los "peros" y confiar en nosotros mismos. Tenemos la capacidad de aprender y de crear.
La invitación está hecha: nunca dejes de aprender, no dejes de darte la oportunidad de crear. Recupera la confianza que tenías cuando eras un niño, cuando pasaste semanas tropezando antes de aprender a caminar. Vuelve a ser paciente y a enamorarte del proceso de aprendizaje.
Ahora, te pregunto a ti: ¿Qué obstáculos te impiden explorar tu lado creativo? ¿Cuáles son las excusas que repites constantemente? Comparte tus pensamientos y experiencias en los comentarios.
Recuerda que la creatividad no tiene límites y que estamos diseñados para aprender y crear durante toda la vida.
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